Suizos

¡Buff! Qué rollo las masas con tanto amasar, esperar... volver a amasar, volver a esperar... ¡Pero si esta sólo necesita un levado, qué guay! Jaja, qué bien me lo paso. Tenía ganas de hacer algún bollo, pan o similar, porque tenía levadura fresca muerta de risa, y porque quería probar alguna receta de un libro de thermomix que rescató mi mami del baúl de los recuerdos.

Receta comodísima de hacer (sólo necesita un levado) y riquísima. Tan comodona me puse yo que mientras horneaba los suizos me fui a ver una película que estaban echando. Resultado: suizos carbonizados, claro.
El caso es que aún así olía tan bien la casa que los abrí, probé la miga y... mmm. Son tan sencillos de hacer, que cuando acabé la peli me puse con la segunda tanda. Mientras levaban nos fuimos a hacer la compra... ¡et voilá!




Ingredientes:

• 200 gr. de leche.
• 150 gr. de azúcar.
• 1 huevo.
• 50 gr. de mantequilla.
• 1/2 cucharadita de sal.
• 30 gr. de levadura prensada.
• 650 gr. de harina de fuerza.

Elaboración con Thermomix:

• Ponemos en el vaso la leche, el azúcar y la mantequilla. Programamos 2 minutos, 37º, velocidad 2.
• Añadimos la levadura, el huevo, la sal y la harina y mezclamos 15 segundos, velocidad 6. A continuación programamos 3 minutos, velocidad espiga.
• Dejamos reposar la masa unos 10 - 15 minutos.
  
• Pasado ese tiempo dividimos la masa en porciones de 70 - 80 gr.
• Formamos los suizos con las porciones y vamos colocándolos en un bandeja de horno cubierta con papel vegetal. Separamos unos de otros con espacio suficiente ya que deben doblar su volumen.
• Hacemos un corte en el centro con la ayuda de un cuchillo. Ponemos azúcar humedecido con unas gotas de agua en él. Pintamos los suizos con huevo batido.
• Una vez que hayan subido, al cabo de una o dos horas, horneamos con el horno precalentado a 200º durante unos 10-15 minutos, que será cuando estén dorados. Cuidado que queman muy fácilmente.

Para hacerlos de la manera tradicional ponemos en un cazo el azúcar, la leche (menos el culo de un vaso) y la mantequilla. Derretimos la mantequilla a fuego suave hasta que se integre con los demás ingredientes. Después ya sabéis, hacemos un volcán con los ingredientes secos y en el huequito echamos el chorrito de leche que nos queda, disolvemos ahí la levadura, y a mezclar. Vamos echando la mezcla líquida, y venga a amasar. El resto, igual.

Ahí véis lo esponjosos que quedan..


Los conservé en una bolsa de plástico. Los hice de sábado y el lunes todavía seguían riquísimos. Un poco más chuchurríos de aspecto, pero de sabor genial. La foto es del domingo, a ese nivel de chuchurriísmo me refiero, que van arrugando por fuera un poquito.
Con dulce o con salado. Mermelada, nocilla, queso de untar... ¿Con qué los comí yo? Jamón y queso, está claro. Pero es que yo, el jamón y el queso como si los echo al yogurt, ¡me chiflan!