Bocaditos de calabacín

¡Ay! Cuántos calabacines tenemos todos por casa en estas fechas. Cremas, gazpachos, guarniciones... Esta vez los he hecho de aperitivo y he de decir que quedaron realmente ricos.

Como no tengo ninguna confianza en mis dotes explicativas he hecho un paso a paso.
La receta original la vi en La receta de la felicidad. Una pasada, en forma de piruleta. Pero... no tenía palitos así que quedaron bocaditos. Un blog con el que uno se queda con la boca abierta, daros un paseíto por ahí si no lo conoceis porque no tiene desperdicio.
Tuneé a nuestro gusto. Espero que os guste.

Ingredientes:

• 1 calabacín grande (250 gr).
  
• 2 cucharadas de queso crema (y otro poco más para untar el calabacín) tipo Philadelphia bien frío.
  
• 2 cucharadas de pan rallado.
• 3 cucharadas de Grana Padano en polvo.
• 2 rodajas de un centímetro de ancho de pechuga de pavo (50 gr).
  
• 1 cucharadita de ajo en polvo.
• 1 pizca de sal.

Elaboración:

• Precalentamos el horno a 200º C.
• Lavamos, pelamos y cortamos el calabacín en rodajas gruesas. Con un cuchillo quitamos la parte central de las pepitas (el mío era al ser grande tenía bastanes pepitas).
  
• Cortamos el pavo en taquitos.
  
• En un bol, mezclamos el queso de untar con una cucharada de Grada Padano en polvo y el pavo y rellenamos los huecos de las pepitas con la mezcla.

• Ahora untamos todos los calabacines por ambos lados con el queso.
  

• Mezclamos en otro plato el pan rallado, el ajo, las dos cucharadas de queso en polvo restantes y la sal. Pasamos los calabacines por esta mezcla de forma que quede bien pegada la mezcla de pan.

• Colocamos las rodajas sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear o sobre una lámina de silicona.
  
• Horneamos 10 minutos.
• Sacamos la bandeja, giramos las rodajas, y horneamos otros 6 minutos. Para darles vuelta nos ayudamos con una espátula o espumadera por si hubieran pegado un poquito.
• Pasado este tiempo sacamos y servimos. Fríos también están muy ricos. Vigilamos esta última hornada porque queman fácilmente y ya sabéis que cada horno es un mundo.