Berenjena rebozada con miel

¡Hola chic@s! ¿Os acordais de mí? He sufrido otra baja blogueril repentina. Entre trabajo, vacaciones y disfrutar del veranito... Pero sigo aquí, poquito a poco.

He hecho muuuuchas cosas estos días, pero no puedo contarlas todas en una entrada porque me haría ¡pum! el ordenador y bueno porque... ando apuradilla como siempre.

Una de las cosas que he hecho durante estos días ha sido mi primera cata de vinos. Os digo primera porque repetiré, fue una experiencia genial. ¿Os acordáis de Sieteypico? Ahí había conseguido la mermelada de tomates verdes que tanto nos gusta en casa, el foie para el aperitivo de manzana. Pues como nos quedamos con ganas de mas decidí organizarle a mi chef particular una cata privada por nuestro aniversario (¡3 añitos ya!). Bueno organizar, organizar... organizó Montse, que lo único que hice yo fue poner la casa... Probamos cuatro vinos diferentes, aprendimos a catarlos, probamos los maridajes con cada uno... Y como no, ¡nos lo pasamos como los indios! 

Cenamos con lomito ibérico, un variado de patés, de quesos, de mieles... Así que hoy os traigo una recetilla que hice posteriormente con cositas que nos quedaron. Con miel: de espliego, de azahar y de contueso, ¡todas deliciosas! Bueno, no es ni receta ni es nada, pero para mí gusto un aperitivo estupendo.

Nunca me había dado por probarlo, pero después de escucharlo unas cuantas veces me animé. ¿El resultado? A mí me encantó, por eso os lo traigo. ¿A vosotros? Habrá que probarlo, ¿no?

Ingredientes:

• Berenjena.
• Sal.
• Huevos.
• Pan rallado.
• Aceite para freír.
• Miel.

Elaboración:

• Lavamos la berenjena y la cortamos en rodajas de medio centímetro aproximadamente (sin pelar).
• Batimos los huevos y salamos. 
• Pasamos las rodajas de berenjena por huevo y pan rallado. Dejamos reposar unos minutos.
• Repetimos la operación con todas las rodajas.
• Freímos en abundante aceite caliente, primero un lado y luego otro.
• Cuando estén doradas sacamos, dejamos escurrir sobre papel absorbente de cocina, emplatamos y servimos con un chorrito de miel. 

 

Y aquí unos de los momentos claves de la cata. ¡La cata a ciegas! Momento competitivo. A ver quién adivinaba qué vino era de los cuatro. Y ¿quién ganó? ¡Yo no! Aunque lo pueda parecer por mi estado de concentración, jajaja. Aunque estuve cerquita... Pero... aún me queda mucho por aprender.